Comentario
Como ya dijimos en apartados anteriores, hemos adoptado la tradicional división tripartita de la Edad de los Metales y, por tanto, la de la Edad del Bronce cuya cronología sería: 1800-1500, Bronce Antiguo; 1500-1250, Bronce Medio y 1250-750, Bronce Final. Es evidente, sin embargo, que en muchos territorios no se cumple esta rígida división cultural y se percibe una clara continuidad cultural desde las etapas anteriores calcolíticas, mientras que en otros lugares el Bronce Antiguo y Medio mantuvieron fuertes vínculos culturales hasta el punto que algunos autores propusieron hablar sólo de dos etapas en la Edad del Bronce, una inicial antigua, en contraste con una reciente en la que se produjeron mayores alteraciones y cambios culturales.
Aunque existieron ciertas afinidades o similitudes entre los grupos culturales europeos y puede hablarse de una cierta estabilidad durante estos primeros períodos, en ningún caso existió total homogeneidad y es necesario hacer estudios separados de las distintas regiones para su correcta valoración. Por ejemplo, mientras en el área del Egeo florecían las culturas minoica y micénica, en Centroeuropa se desarrollaban las culturas de Unêtice y de los Túmulos, debiéndose diferenciar además otras regiones marginales como el área nórdica o la fachada atlántica con indudable personalidad propia; la Península Ibérica, dada su posición meridional y su carácter tanto mediterráneo como atlántico, recibió influencias culturales de distintas procedencias.
La Edad del Bronce se estudió y estructuró a partir del progresivo desarrollo de las industrias metalúrgicas a las que se suponía el motor de progreso de aquellas sociedades, olvidándose el análisis de otros aspectos culturales tanto o más importantes. Es cierto que la producción metalúrgica y el comercio cada vez más pujante desempeñaron un papel decisivo atestiguado por el nacimiento de numerosos centros de producción, pero no hay que olvidar que la agricultura y la ganadería intensivas siguieron siendo base fundamental de sus economías. Estudios recientes han demostrado la ocupación de nuevas tierras de alto rendimiento cuyo control sería importante o el desarrollo de la industria textil derivada del aprovechamiento de la lana que hace pensar, siguiendo a Champion, que existió una relación entre las actividades de subsistencia y la organización y el estatus social.